domingo, 27 de junio de 2010

Carta a la madre de un asesino




Hace poco, las madres de unos “DELINCUENTES” encarcelados, realizaron una manifestación, exigiendo los "DERECHOS" de sus hijos. Y no tengo por menos que dirigirme a una de esas madres en concreto.

Vi tu enérgica protesta cuando entre en una página de Internet y encabezabas la manifestación en favor de la reagrupación de presos y su transferencia a cárceles cercanas a sus familiares, y con mejores prestaciones.

Vi cómo te quejabas de la distancia que te separa de tu hijo, y de lo que supone económicamente para ti, ir a visitarlo como consecuencia de esa distancia.

Vi también toda la cobertura mediática que dedicaron a dicha manifestación, así como el soporte que tuviste de otras madres en la misma situación y de otras personas que querían ser solidarias contigo, y que contabas con el apoyo de algunas organizaciones y sindicatos populistas, comisiones pastorales, órganos y entidades en defensa de los derechos humanos, etc. etc.

Yo también puedo comprender tu protesta e indignación. Y me acuerdo de otra madre de la enorme distancia que la separa de su hijo. Trabajando mucho y ganando poco, idénticas son las dificultades y los gastos que tiene para visitarlo.

Con mucho sacrificio sólo puede visitarlo los domingos, porque trabaja incluso los sábados para el sustento y educación del resto de su familia.

Felizmente, también cuenta con el apoyo de amigos, familia, etc. Si aún no la reconoces, te diré es la madre de aquel joven que se dirigía al trabajo, con cuyo salario ayudaba a criar y mandar a la escuela a sus hermanos menores, y que fue asaltado y herido mortalmente por tu hijo.
En la próxima visita, cuando tú estés abrazando y besando a tu hijo en la cárcel ella estará visitando al suyo y depositándole unas flores en su tumba, en el cementerio. ¡Ah! Se me olvidaba: ganando poco y sosteniendo la economía de su casa. A través de los impuestos que paga, tu hijo seguirá durmiendo en un colchón y comiendo todos los días. O dicho de otro modo: seguirá sosteniendo a tu hijo que con todo merecimiento tiene el titulo de asesino.
Ni a su casa, ni al cementerio, fue nunca ningún representante de esas entidades, que tan solidarias son contigo, para darla apoyo ni dedicarle unas palabras de aliento.
¡Ni siquiera para decirla cuáles son SUS DERECHOS!

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