sábado, 26 de febrero de 2011

26 de Febrero 2004





Dos mil quinientos cincuenta y cinco días puede ser toda una vida (siete aniversarios) han dado lugar a muchos reencuentros y por supuesto a muchas alegrías, pero sobre todo en ese tiempo han cambiado muchos los acontecimientos, que por supuesto no tenia previsto.
No me arrepiento de nada de lo que he hecho, ni de lo que dicho, porque si lo hiciera estaría traicionando a todo aquello por lo que he luchado siempre, hacer y decir aquello que sentía en cada momento, y si he tenido que rectificar o pedir perdón lo he hecho con la cabeza muy alta, también soy consciente de que las equivocaciones que halla cometido han tenido que pagar un precio muy alto, lo cual me ha servido para aprender en la manera de comportarme, por eso, a todas aquellas personas que me han hecho ver las cosa tal y como son les doy todo mi agradecimiento.
Siempre he tenido a mi lado personas que me han ayudado, y otras muchas que también me han sabido entenderme y perdonar mis errores, pero lo mas importante es que ambas con su comportamiento me han enseñado a que las personas no pueden vivir encima de un pedestal.
Tiempo a tras, antes de conocer a la persona con la que convivo hice un paréntesis en mi vida, busque el aislamiento lo cual hizo que cambiase mi comportamiento, carecía de proyectos, vació sin ilusiones, solo en la soledad del pueblo donde vivía, mi únicos contacto estaban con las personas de ese pequeño reducto.
Un buen día decidí reencontrarme con la actividad y entonces a pareciste tu…con tu vitalidad y energía por lo que fueron cambiando mis hábitos haciendo de mi otra persona distinta a la que era en el pasado, siendo esto para mi como un balón de oxigeno el cual me devolvió una vitalidad que creí que había perdido.
Es cierto que esta energía era muy distinta a la que había tenido tiempo atrás, trabajo (jornadas de 12 horas), negocios, política, un contacto social muy distinto al que tengo ahora, en este momento vivo en el descontrol, la improvisación, la indisciplina, cambios constante de ritmo, bueno que no se cual es peor, pero es lo que tengo, y por supuesto tanto el anterior como el de ahora es mucho mejor que vivir en una triste soledad, porque un “Un corazón solitario, no sabe vivir”.

1 comentario:

  1. Un escrito a corazón abierto que te enaltece como persona, por lo que te felicito y te deseo lo mejor de aquí para adelante en tu vida. Te lo mereces.

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