miércoles, 16 de febrero de 2011

Lo cuento como paso

Algo que paso en 1968


Como todos los días estaba esperado que llegara el autobús para poder ir al trabajo, a pesar de lo temprano que era la temperatura empezaba a ser molesta pues aunque no había sol había una calima que hacia que la ropa se pegara al cuerpo, el calor sofocante.
Somos varios los que estábamos en la parada. De repente, un chico que estaba en la fila se desploma, por lo que miramos en ese momento todos los que estábamos allí, el ruido que produjo el cuerpo al caer al suelo nos alarma. Todo el mundo se fija en el y empiezan los susurros.
¿Lo más impactante? Que mientras el desmayado, lo llamaremos (Chico), permanece en el suelo, con los brazos en cruz y los ojos en blanco, nadie se mueve. Solo otra chica y yo nos acercamos, le preguntamos si se encuentra bien y le ayudamos a levantarse. (Chico) nos dice que ya esta mejor y retorna a su posición.
Pero al cabo de unos minutos vuelve a marearse y tenemos que ayudarle de nuevo. Esta segunda vez, un amable señor le ofrece una botella de agua y algo de comer. Y se preguntarán:
¿Y el resto de las personas que están en la parada?
¿Nadie pensaba hacer nada?
Y yo me pregunto: si (Chico) hubiera sido blanco, ¿alguien se hubiera acercado a él, le habría tocado sin miedo la cara y le habría preguntado como estaba? Parece que en este país los tienen la piel de otro color tienen que desplomarse dos veces para que alguien mueva el culo…
Todavía nos queda, lo que no debíamos de tener.

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